Atardecer en Chipiona

Después de tres años vuelvo a publicar en el blog y que mejor manera que contando como viví este atardecer en la Playa de las Canteras, en Chipiona.


Esta sesión la hice en octubre de 2017 y fueron las últimas fotos antes de mi operación de columna. He pasado los dos peores años de mi vida de dolor y sufrimiento. Centrado en mi recuperación física y también emocional porque no fue fácil asimilarlo. Muchas cosas han cambiado en mi vida pero ahora soy feliz, con ganas de seguir, de luchar y de disfrutar.

Ese año estaba trabajando en Jerez de la Frontera. Una día salí del trabajo y casi sin comer me fui a Chipiona, jamás había estado. La noche de antes busqué fotos por internet y se veían muchas de atardecer en la Playa de las Canteras, después de aquél día entendí el porque. Con ayuda de Google Maps busque la ubicación, accesos, aparcamiento y pude estimar el tiempo que iba a tardar en llegar.

 

Para saber la hora a la que se pone el sol y por donde utilizo la aplicación de PhotoPills que la llevo instalada en el móvil. 


Una vez que se donde voy y a la hora que tengo que estar me organizo para llegar al lugar al menos, si puedo, un par de horas antes. Me gusta ir con tiempo para poder analizar bien la zona, buscar distintas posiciones, composiciones, sujetos, texturas, colores, etc. De esta manera consigo llevarme todas las fotos posibles.

Ese día llevaba mi amada Tilopa, la 5DIII con el Canon 16-35 f4 y la 7DII con el 400 f5.6 también de Canon.

El reconocimiento fue más rápido de lo que esperaba y enseguida tenía claro las fotos que quería intentar llevarme. Eran muchas y tenía que ser ágil para no perder la luz. De nuevo el estómago se encogía y empezaban los nervios, se suponía que está afición era para desconectar y relajarse, pero nada más lejos de la realidad. Cuando estás en el lugar y la hora, empiezan las nubes a tomar color y todo acompaña el estomago se encoge como una pasa. Aún así no puedes dejarlo, necesitas captar el momento y llevarte la foto. 

Todavía faltaba una hora para el espectáculo y dando una vuelta por la zona de pronto vi un grupo de correlimos. Vaya, menuda sorpresa, con eso no contaba. Corriendo cogí la 7DII con el 400 y me tiré al suelo. Esto es de las cosas que más me gusta de la fotografía, que cuando menos te los esperas aparecen momentos de alegría. Os dejo algunas de las fotos que les hice a estos pajarillos.




Llegaba el momento y cambié de equipo. Puff, ya empezaban las nubes a cambiar, menuda tarde me esperaba. Algunas de las fotos que hice.




Que rápido pasó, la luz se fue enseguida pero sabía que algo me llevaba. Recogí el equipo y cuando iba de camino al coche empiezo a ver que se encienden las luces del faro y el cielo cambia sus colores. No podía creerlo, sin perder ni un segundo deje la mochila y saqué la cámara de nuevo. Lo que faltó que me perdiera esto.





Lo que disfruté esa tarde jamás lo hubiese imaginado. Al final entendí porque había tanta gente apoyada en la barandilla del paseo. Sabían lo que iba a pasar y no querían perdérselo. El estómago volvió a su forma original, ya había terminado la sesión. 

Espero que os haya gustado y si estáis por la zona os invito a que saquéis un hueco para pasaros por Chipiona porque merece la pena...

Un abrazo y hasta la próxima!!